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Recomendaciones en la práctica clínica. Déficit de vitamina D en Nefrología
Tradicionalmente el déficit de vitamina D se ha identificado por la presencia de enfermedad ósea, según diagnóstico histológico: raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos.
Actualmente sabemos que para que se desarrollen estas situaciones patológicas los niveles circulantes de calcifediol sérico deben ser inferiores a 4 ng/ml, valores francamente deficientes(1). Si bien la hipovitaminosis subclínica, especialmente en la población anciana y en pacientes con enfermedad renal crónica (ERC), tiene una alta prevalencia.
Para asegurar el correcto funcionamiento de la actividad endocrina que regula el metabolismo mineral y la actividad pleiotrópica es esencial mantener unos niveles adecuados de vitamina D.