El 30% de los españoles padece Enfermedad Venosa Crónica
La insuficiencia venosa crónica es la enfermedad más común de las patologías vasculares y de las más consultadas en las consultas de Atención Primaria. De hecho, se estima que el 30% de los españoles padece varices y son más comunes en mujeres que entre los hombres.
La enfermedad venosa crónica suele identificarse con las varices, pero si ésta no se trata puede derivar en edemas, hipertensión venosa o con úlceras venosas en los casos más graves., por lo que conviene prestar atención a los primeros síntomas de su aparición como son las piernas cansadas, la hinchazón de las piernas o la sensación de pesadez.
Por ello, el Dr. Rodrigo Rial, del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid expone que más allá del médico especialista en estas patologías, los profesionales de Atención Primaria deben conocer los tres fundamentos en el abordaje de los síntomas y la evolución de esta enfermedad. Estos pilares básicos son: las medidas posturales, la terapia compresiva y el tratamiento farmacológico a través flebotónicos y fármacos venoactivos.
La enfermedad venosa crónica es una patología progresiva. En caso de no tratarse y no aplicar medidas oportunas puede tener consecuencias importantes para los pacientes. Tal y como explica el Dr. Rial: “generalmente esta enfermedad se identifica con las simples varices, pero si se descuida, es una condición que puede llegar a complicarse con edemas, cambios de coloración en la piel por la hipertensión venosa e incluso, en los casos más graves, con úlceras venosas”. Por todo ello, es importante ralentizar la progresión de esta patología en su primera fase.
La población tiene asumida la situación de piernas cansadas como un síntoma común pero, si este síntoma aparece de forma habitual se debe solicitar atención médica. Los profesionales de Atención Primaria e, incluso, los farmacéuticos pueden ayudar a la detección de los primeros síntomas. Estos profesionales sanitarios pueden ayudar a decidir, derivar al especialista o recomendar medidas que ayuden a frenar el avance de la enfermedad, tal y como puntualiza el doctor.
Los tratamientos farmacológicos a través de flebotónicos o fármacos venoactivos complementarios a las medidas de compresión ayudan a aliviar el cansancio, la hinchazón, la sensación de pesadez o el dolor.
El embarazo, principal factor de riesgo
Los datos que maneja el Capítulo Español de Flebología de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, se estima que el 30% de la población padece varices y, además, tiene mayor prevalencia en mujeres. Una de las principales razones de que las mujeres sean las más afectadas por las varices es el embarazo. Durante la gestación, las mujeres padecen la compresión directa de las venas de la pelvis y en la vena cava, lo que aumenta la presión en el interior de las venas.
Además, los cambios hormonales comunes de este período como el aumento de la progesterona, entre otras, ayuda a relajar la pared de las venas y provoca que éstas tiendan a dilatarse y facilitar que la enfermedad se manifieste.
Otro de los factores clave en la aparición de la enfermedad venosa crónica es la carga genética. El Dr. Rial advierte que “la inmensa mayoría de las personas que tienen algún grado de EVC tiene algún antecedente familiar”. Aunque en estos casos es difícil luchar contra la enfermedad, se pueden combatir estos factores adquiridos con medidas como el ejercicio físico moderado, adoptando medidas posturales correctas y medidas elásticas compresivas.